LA LLEGADA DEL GRAN HERMANO
…Uff parece que la modernidad no nos asentado bien a los Quilichaos. Los últimos doctores de la alcaldía, nos han dejado un resto de pesadillas sobre nuestro desvencijado paisaje urbano:
El chico pelos de can y su yabería el doctor Monserrate, nos metieron unos tubos larguísimos, llenos de gas por la mitad del pueblo y nos hicieron unos miaderos carísimos, junto en a la antigua estación del tren. El palomo bombero construyó un puente peatonal al que nadie puede subirse, en sano juicio, junto a los kiosquitos, que se han multiplicado, junto al edificio futurista, del centro comercial La Estación; construido genialmente con materiales prefabricados, posiblemente de una factoría cercana. Pero para qué, son bonitos y bien pintados aparentan bastante.
Los doctores alcaldes siempre se salen con la suya, pero esperábamos que los asesores del doctor Grijalba, y el mismo como ingeniero de trayectoria reconocida estuvieran pendientes de la llegada del Gran Hermano a Quilichao y de la adecuada instalación de las cámaras de video que habían prometido desde la administración anterior, con el chico pelos de can.
Pero nada, nadie se dio cuenta cuando colocaron esos postes inmensos, que desfiguran el conjunto arquitectónico del parque Santander, y lo convierten en una especie de campo de concentración nazi.
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Comentario
Garbimba de quiliviejo dice:
Nooooo sos manes si son petardos, a nadie le gustan esos tuboteess, que habían podido colocar las cámaras en otro sitio, aunque fuera en los arboles como en el central park de los Yores. Siempre vamos a recordar esto como una alcaldada, pa que, pero como es la vida, un amigo que vive en la calle del Bronx en Bogotá me cuenta que eso es lo más bonito de Washington cerca a la Casa Blanca, el obelisco. Quess un tubo larguísimo…hasta la eternidad…y que aquí, los quilichaos en lugar de criticar deberíamos agradecer tanta belleza junta, aunque nos digan quilituboooosssss.
A las garbimbas de a pie, que vivimos esquivando motos y carros de todos los calibres, por las estrechas calles de la ciudad, nos puede parecer aceptable que en lugar de tanto pingo desocupao, que no cumple su función de vigilar –nuestra pobreza-, se instalen en el parque principal unas cámaras de video, paque quedemos filmados, como hizo el pirobo del Pirry que escandalizo al país y nos boletio como unos camajanes sin oficio conocido. Pero con la cantidad de pepol de la vida dura que sia tomado nuestro lugar de encuentro, símbolo y orgullo de la patria, el parque Santander, hasta le da guebonada a uno salir por la televisión de los pobres todos los días, como esos manes que viven en el barrio El Calvario en mi Cali bella.
Y ya be yaveria que así está quedando el pobre Qulichao, con un poco de postes altiiisiiiimooosss, que pusieron los dotores de Planeacion Municipal, arquictetos paisajistas –o paisas-, paque los motorratones se estrellen allí porquiandan muy arriaos y nadie les puede decir nada, por lo de la chumbimba.
__“Ahora si parecemos una ciudad sacada de un cuento tenebroso o surrealista, 1984 de George Orwell, con el Gran Hermano que te vigila pero no responde por tu seguridad personal, que hay que seguir encomendándose a Pacha Mama, Babalú a Yemanyha, Orisha y a todas las deidades del aire y la protección “. Decían que días en el parque Santander unos vendedores de libros; pero uno no entiende esas guebonadas parce.
Nos vidrios pepol bacano.
